domingo, 21 de noviembre de 2021

Fiesta de Cristo Rey, 24º domingo después de Pentecostés y Presentación de la Bienaventurada Virgen María

¡Te adoro, Señor mío, Dios mío y Rey mío! Gracias por la oportunidad de adorarte en el Santísimo Sacramento en esta hermosa capilla. Gracias por la Encarnación, por Tu vida muerte y resurrección. Gracias por derramar Tu preciosísima sangre para redimirnos, Señor. Gracias por el don de la Eucaristía y de la Santa Misa. Nos amas tanto, Jesús, que permaneces presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad en cada hostia consagrada. ¡Gracias, Jesús! No podemos vivir sin Tu presencia en la Eucaristía. Por favor, haz que sea posible recibirte en el próximo Tiempo de Grandes Pruebas, cuando las cosas se vuelvan aún más difíciles. ¡Que sea según Tu Voluntad, que es perfecta! Señor, te pido la curación de (nombres ocultos) y de todos los que están en la lista de enfermos de nuestra parroquia. Gracias por Tu presencia con los que sufren. Acompaña a todos los que van a morir hoy, especialmente a los que no están preparados para su muerte. Te amo, Señor, y te agradezco Tu gran amor y Tu infinita misericordia. Madre Santísima, por favor, toma mi mano y guíame a través de los próximos días. Ruega por todos los que están separados de la Iglesia de Tu Hijo. Condúcelos de nuevo a Tu Hijo y a los Sacramentos. Señor, traigo cada preocupación y la pongo a Tus pies para que sea curada y/o atada a Tu Santísima Cruz. Jesús, confío en Ti. Jesús, confío en Ti. Jesús, confío en Ti.

«Hija mía, hija mía, estás desanimada por tus defectos, ¿verdad?».

Sí, Jesús, lo estoy.

«Haces bien en traérmelos, en pedirme perdón y guía. Lo haces más deprisa que en el pasado, hija Mía, y eso es bueno. Te devuelvo la paz y te traigo claridad, hijita Mía».

Sí, Señor. Te lo agradezco, pero me gustaría estar creciendo en santidad y no lo estoy haciendo. Tengo muchas carencias, Señor.

«Hija mía, a veces el crecimiento es lento. Esto se nota en el mundo físico con los niños. Cuando se convive con niños es difícil darse cuenta de su crecimiento cada día, pero los demás que los ven sólo se fijan de vez en cuando en el crecimiento de la estatura y en los cambios de la estructura facial. A menudo no se nota en la familia hasta que la ropa del niño le queda pequeña. El crecimiento en la vida espiritual es así, pero puede estar aún más oculto. No te centres en lo que te falta. Entrégamelo todo a través de Mi Santísima y Pura Madre. Ella lo embellecerá y Me lo presentará todo. Así se transforman los corazones».

¡Muy bien! Señor, te lo doy todo a Ti, mis pecados, mis faltas y defectos, y todo lo que tengo de bueno (que, de todos modos, ha venido todo de Ti) y lo hago por medio y a través de Tu Santísima y Pura Madre, María. Por favor, acepta lo que Ella te da y perdona, sana, transforma mi corazón en un corazón de profundo amor por Ti y por todo el Cielo. Amén.

«Gracias, corderita Mía por estos dones».

Señor, ¡no parecen regalos lo que Te doy cuando Te doy mis faltas, pecados y defectos!

«Sí, Mi (nombre retenido) no te lo parece, pero Me los diste a través de las manos de Mi Madre. Todo lo que Ella toca se vuelve bello y así lo que tú me has dado se ha convertido en un regalo para Mí. Recuerda esto, hija Mía. Me gustaría que cada uno de Mis hijos Me diera todo a través de Mi Santísima e Inmaculada Madre. Ella santifica y purifica cada ofrenda cuando se le da la oportunidad a través de vuestra petición, hijos Míos. Ella es la intercesora de Sus hijos e incluso intercede por vosotros mientras también presenta vuestras ofrendas a Dios».

¡Gracias, Señor!

«Hija mía, has notado que los días se oscurecen. Todavía hay luz en el mundo gracias a las oraciones de Mis hijos. Estas oraciones de Mis hijos son como rayos de luz que se originan en la Tierra y fluyen hacia el Cielo. Cuanto más recen Mis hijos, antes triunfará el Corazón de Mi Madre. Rezad más, hijos Míos, e invitad a los demás a rezar también. No os concentréis tanto en lo que os divide. Invitad también a vuestros amigos y familiares a rezar. Recordadles que la oración cambia los corazones porque Yo quiero que así sea. Si rezaran más hijos Míos, se convertirían más almas. Rezad, hijos Míos, rezad. Comprometeros con la oración, especialmente con la Santa Misa, el Santo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia. Me complace que tantos recen la novena del Rosario de 54 días por vuestro país. Hija mía, ¿sabes que hay personas de otros países que se unen a ti a través de esta novena para rezar por tu país?».

Me lo preguntaba, pero no conocía a mi Señor. Gracias por esta información. Es muy hermosa y conmovedora.

«Hija mía, tu pueblo (Jesús se refiere a mis conciudadanos) tiene una gran influencia sobre los demás en el mundo. Puede que no siempre lo parezca, pero es cierto. Muchas almas han tomado conciencia de lo importante que es para Estados Unidos seguir siendo verdaderamente libre y ser líderes espirituales piadosos. Muchos también son conscientes de que vuestro país ha sido derrocado por líderes malvados en contra de la voluntad del pueblo. Os repito que la sangre de los Santos Inocentes clama a Dios. Hay que poner fin a la malvada matanza de vuestros bebés antes de nacer. Poned fin a esto, hijos Míos. Suplicad a Dios perdón y misericordia y volveos de vuestros malos caminos. Los niños son una bendición de Dios. Hay que celebrarlos y cuidarlos. No son un inconveniente. Da gracias a Dios Padre por cada don de una nueva vida. Bendeciré a todos los que acojan una nueva vida y proporcionaré los medios para los que necesiten ayuda y apoyo. No temáis, hijos Míos. Confiad en Mí. La humanidad actúa a menudo por miedo y, cuando es así, el juicio es muy turbio. No temáis, hijos Míos. Tened fe en Mí».

¡Gracias, Jesús!

«Hija mía, ha llegado el momento de poner orden en tu casa y terminar todo lo que te he pedido para prepararte para lo que está por venir. Todavía queda algo de tiempo, pero se va acortando. Tienes más que hacer para dejar espacio a los que te enviaré. Concéntrate en prepararlo todo, Mi (nombre oculto) y Mi (nombre oculto). Trabaja Conmigo. No trabajes independientemente de Mí, sino permite que Yo trabaje a través de ti».

Hay tanto que realizar, Señor. ¿Cómo lo haremos a tiempo?

«Yo te ayudaré. Pídeme que te ilumine. Pide Mi sabiduría. Enviaré a Mis ángeles para que te dirijan y te guíen. Ellos también te ayudarán. Determina lo que se necesitará para los demás cuando estén en el refugio y también después. Sé alegre mientras trabajas. No hay nada que temer y tu lugar permanecerá constante cuando haya alegría. Recordad pedirme guía, Hijos Míos de la Luz. Todo irá bien. Continuad frecuentando los Sacramentos, rezando, ayunando y ofreciendo penitencia. Leed la Sagrada Escritura. Será bueno que tengáis libros sagrados en vuestras casas para que los lean los demás. También es un buen momento para purgar vuestros hogares de todo lo que no es santo y no eleva el corazón y la mente hacia Dios. Completad ahora este trabajo, hijos míos».

Gracias, Señor. Amén. ¡Aleluya!

Os bendigo, hijo Mío e hija Mía, en el nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en el nombre de Mi Espíritu Santo. Id en paz, hijos Míos. Sed una fuente de fuerza y alegría los unos para los otros.

Amén, Señor. Amén.