Mis queridos hijitos, ¡alabado sea Jesús!
Rezad con todo vuestro corazón. Mi Hijo escucha vuestras oraciones. Cuando Le amáis con el corazón, la mente y el alma, Sus heridas se curan con bálsamo sanador. Muchas ofensas siguen hiriendo a Su Sacratísimo Corazón. Las oraciones de reparación y de amor son un bálsamo curativo.
Él ama vuestras oraciones de amor. Por tanto, te animo a que interactúes con los demás, mostrando Su amor. Evita las controversias y las discusiones. Hay muchas opiniones, pero las acciones dicen la verdad. El Espíritu Santo está contigo para guiarte y enseñarte a discernir. Espera, escucha y observa. Rezad y levantaos unos a otros en Su amor.
Las personas tienen libre albedrío, y si eligen el mal pero se arrepienten, son perdonadas. Si no tienen un cambio de corazón y enmiendan sus caminos, entonces se desencadena la destrucción a manos de la humanidad. Sin embargo, recuerda que Mi Hijo dijo que «las puertas del infierno nunca prevalecerán contra la Iglesia». Al final, la Verdadera Iglesia se mantendrá en pie y crecerá en humildad. Amaos los unos a los otros.
Evitad la división. Rezad por los que os persiguen o os hacen perder la paz.
Yo soy vuestra Madre y no os abandonaré. También bendigo a todas las madres que creen en la Vida y hacen todo lo posible por ser una madre de Luz. Aunque tus seres queridos se alejen de ti, Yo siempre estaré contigo. Soy una Madre que conoce el Amor y ha perseverado en él a toda costa.
Soy la Madre de la Iglesia Una, Santa y Verdadera. Estoy aquí para ti. No me voy.
Paz a vosotros, Mis pequeños hijos. Paz.
Ad Deum
«Confía en Dios que estás exactamente donde debes estar. No dejes que nada te perturbe. Que nada te asuste. Todas las cosas pasan: Dios nunca cambia. La paciencia lo consigue todo. A quien tiene a Dios, nada le falta; sólo Dios basta».
- Santa Teresa de Ávila,
¡Dolorosísimo e Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros!
Origen: ➥ OurLadyOfEmmitsburg.com