Las veinticuatro horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo
Las 24 Horas de la Amarga Pasión de Nuestro Señor Jesucristo por Luisa Piccarreta, la Pequeña Hija de la Divina Voluntad
† Doce Hora
De 4 a 5 h †
Jesús expuesto al escarnio de los soldados, cubierto de abusos e insultos.

Preparación antes de Cada Hora
¡Jesús, mi dulce vida! Mientras descanso contra Tu Corazón, siento las espinas que lo hieren. Quieres tener un alma que Te ame cerca. Mira, presto atención a todos Tus sufrimientos y siento compasión por Ti. Oh, cuánto me gustaría abrazarte fuertemente al corazón, exponerme en Tu lugar a la adversidad y dejar caer sobre mí esos insultos, tormentos e humillaciones inenarrables. Solo Tu amor es capaz de soportar tales abusos. ¿Qué puedes esperar de un pueblo tan inhumano?
¡Mi Jesús más paciente! Tus enemigos se burlan de Ti. Te escupen en la cara. La luz de Tus hermosos ojos está oscurecida mientras derramas ríos de lágrimas por nuestra salvación. Pero no pueden atenuar la expresión de Tu divina majestad unida a infinita gentileza. Ellos mismos tiemblan ante sus iniquidades y se avergüenzan. Sin embargo, para tratar a Tua adorable persona con mayor arbitrariedad y dejar que sus vergonzosas actividades tomen las riendas, Te vendan los ojos con una tela sucia, Te golpean sin piedad, Te arrastran de un lado a otro, Te pisotean bajo sus pies y repetidamente Te dan nuevos puñetazos y bofetadas. Te arrancan el cabello de la cabeza y la barba y Te arrojan allí mismo.
¡Jesús, mi amor! Mi corazón quiere detenerse. Tiemblo y quiero cubrirme los ojos para no tener que mirarte en tanto sufrimiento y escenas tan dolorosas. Pero Tú quieres que preste atención a todo, y el amor me obliga a mirarTe. Jesús, ¿qué Te está pasando? No dices una palabra en Tu defensa. Estás a merced de estos soldados, un juguete de su cruda arbitrariedad. Te arrojan al suelo y te patean con furia diabólica que temo que puedas morir bajo sus pies.
¡Mi único bien y mi todo! ¡El dolor que siento ante la vista de Tu sufrimiento es tan grande! Quiero gritar al cielo para invocar al Padre, al Espíritu Santo y a todos los ángeles para que vengan en Tu ayuda y Te consuelen. También me gustaría llamar a Tua amable Madre en la tierra y a todas las almas que Te aman. Que se unan alrededor de Ti e impidan que estos soldados descarados continúen insultándote y atormentándote.
Contigo, oh Jesús, quiero expiar todos los pecados cometidos por la noche. Especialmente quiero hacer satisfacción por aquellos cometidos por las sectas secretas¹ contra Ti en el Santísimo Sacramento. Expiaré todas las debilidades de esas almas que no permanecen fieles a Ti en la noche de prueba.
Mi Jesús insultado, los soldados, cansados y parcialmente intoxicados, quieren abandonarse al sueño. Mi pobre corazón abatido, desgarrado por la vista de Tus tormentos, no quiere permanecer solo Contigo y busca otra compañía.
¡Mi dulce madre María, déjame también permanecer inseparablemente Contigo! Sostengo fuertemente tus manos maternas y las beso con reverencia. Pero fortaléceme con Tua bendición. Abrazemos a Jesús y apoyemos nuestras cabezas en Su adorable corazón para consolarlo.
Jesús, con Tu madre Te acaricio. Con Tua Madre, me rendiré al sueño de amor en Tu adorable corazón.
Reflexiones y Prácticas
por San Fr. Annibale Di Francia
En esta hora Jesús está en medio de los soldados con imperturbable valentía y férrea constancia. Dios como es, sufre todas las tensiones que le infligen los soldados, y los mira con tanto Amor que parece invitarlos a darle más dolores. Y nosotros—¿somos constantes durante sufrimientos repetidos, o nos lamentamos, nos irritamos y perdemos la paz; esa paz del corazón que es necesaria para permitir que Jesús encuentre un hogar feliz dentro de nosotros?
La firmeza es aquella virtud que nos hace saber si Dios realmente reina en nosotros. Si nuestra es verdadera virtud, seremos firmes en
prueba, con una firmeza que no es inconstante, sino siempre equilibrada. Y es esta única firmeza la que nos da paz. Cuanto más firmes somos en el bien, en el sufrimiento y en el trabajo, más ampliamos el campo a nuestro alrededor, en el cual Jesús expandirá Sus gracias. Por lo tanto, si somos inconstantes, nuestro campo será pequeño, y Jesús tendrá poco o ningún espacio. Pero si somos firmes y constantes, como Jesús encuentra un campo muy extenso, encontrará en nosotros Su estante y apoyo, y el lugar donde extender Sus gracias.
Si queremos que nuestro amado Jesús descanse en nosotros, lo rodeemos con Su propia firmeza, con la cual operó para la salvación de nuestras almas. Al estar resguardados, permanecerá en nuestro corazón en dulce reposo. Jesús miró con Amor a aquellos que Lo maltrataron, ¿y les miramos a los que nos ofenden con el mismo Amor? Y ¿es el amor que mostramos hacia ellos tan grande como para ser una voz para sus corazones—tan poderoso como para convertirlos a Jesús?
Mi Jesús, Amor ilimitado, dame este Amor y deja que cada dolor mío llame almas a Ti.
¹ Se asume aquí que en las logias masónicas se cometen los peores sacrilegios con hostias consagradas.
Sacrificio y Acción de Gracias
Oraciones, Consagraciones y Exorcismos
La Reina de la Oración: El Santo Rosario 🌹
Oraciones diversas, Consagraciones y Exorcismos
Oraciones de Jesús Buen Pastor a Enoc
Oraciones para la Preparación Divina de los Corazones
Oraciones de la Sagrada Familia Refugio
Oraciones de otras Revelaciones
Oraciones de Nuestra Señora de Jacarei
Devoción al castísimo Corazón de San José
Oraciones para unirse al Amor Santo
La Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María
† † † Las veinticuatro horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo
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