Mensajes de diversas orígenes
viernes, 31 de diciembre de 2021
San Padre Pío suplica al Señor por el Mundo
Mensaje a Valentina Papagna en Sydney, Australia

Recé el rosario y luego supliqué a Nuestro Señor por el mundo. Le pedí si podía curar al mundo de este terrible virus que está sobre todos nosotros, para que en el nuevo año, el mundo se curase de esta horrible enfermedad, y la gente se liberase de los controles de los gobiernos, que nos dicen constantemente lo que tenemos que hacer.
Cuando supliqué a nuestro Señor, pensé: 'Ya sé lo que voy a hacer. Voy a pedir a todos los Santos Celestiales que intercedan por nosotros. Voy a pedírselo a cada uno de los que conozco por su nombre'.
Pensé: 'Vaya, tenemos tantos Santos en el Cielo, ¿por qué no les pedimos que intercedan por nosotros?
Entonces recé: «Todos vosotros, Santos, Apóstoles y Mártires, interceded por el mundo, por los pobres de la tierra. Estáis tan cerca de nuestro Señor. Estoy segura de que Él no os dirá que no».
Invocaba a todos los que se me ocurrían; llamaba a cada uno por su nombre.
Cuando terminé de hacer mis ofrendas de oración a todos los Santos, San Padre Pío se me apareció de repente una hora más tarde. Tenía un aspecto radiante y hermoso. Llevaba al Niño Jesús en brazos. El Niño Jesús apareció como un niño pequeño.
San Padre Pío sentó entonces al Niño Jesús en un pequeño mueble lateral y se volvió para hablarme. Levantó los brazos al Cielo y empezó a hablarme en italiano. Me dijo: «Valentina, he venido a decirte que, por lo que has pedido, has puesto en éxtasis a todo el Cielo. Nuestro Señor me eligió especialmente para venir a ti, y también vengo a decirte que intercedí por lo que pediste para la humanidad, para liberarla de este Coronavirus porque la gente está sufriendo.»
«Realmente supliqué a nuestro Señor y le pedí que tuviera piedad, pero no pude convencerle de lo que le pedía. Con todas mis súplicas, la respuesta de nuestro Señor es No .»
«¿Pero sabes por qué? Te lo diré. Nuestro Señor está muy ofendido por la humanidad del mundo; le ignoran y viven en un pecado terrible, peor que nunca, peor que en las generaciones anteriores. La gente no se da cuenta de que comete pecados horribles, y sigue viviendo así, contra la ley de Dios, contra Sus Mandamientos.»
«Valentina, no te desanimes. Proclama la Palabra de nuestro Señor que Él te da. Dile a la gente que venga a nuestro Señor, que le conozca. Él es un Dios tan amoroso. Espera que todos vengan a Él. Pero la palabra clave es arrepentimiento. Quiere que todos se arrepientan y vengan a Él».
«Se producirán muchos acontecimientos, sobre todo en el nuevo año, pero si la gente se arrepiente y cambia su forma de vida, nuestro Señor puede cambiar muchas cosas y no permitir que sucedan».
Después de nuestra conversación, miré hacia el pequeño armario y me di cuenta de que el pequeño Jesús de niño ya no estaba, y de repente el Señor Jesús apareció como un adulto. Me alegré mucho de que nuestro Señor estuviera presente. Me sentí tan segura en Su santa presencia. Ahora estaba de pie, elevado por encima del suelo, mientras que San Padre Pío estaba de pie en el suelo. Observé cómo el Señor Jesús y San Padre Pío hablaban entre sí, discutiendo la situación actual del mundo. Por lo que pude entender, creo que hablaban en latín.
San Padre Pío suplicaba al Señor por el mundo. Hablaba y hablaba, suplicando misericordia para el mundo; suplicaba mucho. Yo observaba la expresión de Nuestro Señor Jesús; estaba muy serio. Cuanto más hablaban, más alzaba Nuestro Señor la voz por encima de la de San Padre Pío.
Entonces, con voz severa, nuestro Señor dijo: «¡No! No lo permitiré».
«¿Por qué habría de concederles esto y quitarles su sufrimiento? No Me suplican; Me ignoran, pasan por encima de Mí, desobedecen todos Mis Mandamientos. No se humillan para venir a Mí», dijo el Señor Jesús.
Pero San Padre Pío elevó más su voz mientras suplicaba a nuestro Señor. De nuevo, nuestro Señor elevó Su Voz aún más por encima de San Padre Pío y, en tono firme, dijo: « ¡No!».
El Señor Jesús dijo: «Si les dejo marchar, seguirán viviendo en el fango y seguirán ofendiéndome, como lo hacen ahora. Nada cambiará. La humanidad tiene que cambiar».
Lloré por nuestro Señor porque sé lo herido que está y lo mucho que sufre. Es un Dios bueno y bondadoso. Pude ver que todo lo que San Padre Pío le pidiera a Nuestro Señor, Nuestro Señor se lo negaría.
El Señor se fue y el Padre Pío se quedó.
Me sentí muy agradecida a san Padre Pío. Me mostró cómo suplicaba a Nuestro Señor por nosotros, y no tenía miedo. Nuestro Señor eligió a San Padre Pío para venir de entre todos los Santos del Cielo. Está muy cerca de nuestro Señor.
Le dije a San Padre Pío: «Te quiero mucho y te doy las gracias. Eres tan privilegiado con nuestro Señor».
San Padre Pío vino de nuevo el 2 de enero de 2022, mientras yo rezaba la Coronilla de la Divina Misericordia, y me dijo: «Valentina, me esforcé tanto por interceder por el mundo. ¿Has visto cómo hemos discutido nuestro Señor y yo? Estoy muy cerca de nuestro Señor. Así es como intercedo en el Cielo por la gente».
«Tenías que ser testigo de nuestra conversación. He suplicado por el mundo, pero no he podido convencer a nuestro Señor por nada del mundo. Dile a la gente que no se rinda y que siga rezando».
«Hay muchos acontecimientos que se supone que ocurrirán sólo este año. No son cosas buenas. Debes hablar con la gente para que se arrepienta, se humille y cambie su forma de vivir».
Gracias, San Padre Pío, por interceder por el mundo.
Origen: ➥ valentina-sydneyseer.com.au
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