sábado, 13 de octubre de 2018

101 Aniversario del Milagro del Sol en Fátima, Portugal

Mensaje de la Santísima Virgen María dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

La Santísima Virgen María dice: «Alabado sea Jesús».

"Queridos hijos, hace más de cien años, Me aparecí por última vez públicamente en Fátima.* Todo lo que predije ha nacido en la Verdad. Como Mis peticiones de oración y penitencia no fueron atendidas, el mundo se vio inmerso en una guerra mayor** de la que ya había vivido. Millones de personas sufrieron los efectos de esta guerra y miles perdieron la vida. Hoy, ofrezco al mundo una nueva oportunidad de escucharme y responderme. No puedes imaginar las consecuencias si permites que la incredulidad mantenga alejada tu conversión de corazón. Debéis poner el amor a Dios en primer lugar en vuestros corazones. Si seguís sin escuchar, no os cuento lo que está por venir». ***

"Sólo gracias a vuestros esfuerzos soy capaz de contener el Brazo de la Justicia de Dios que ansía caer. Dios no disfruta con vuestra muerte. Os ama a cada uno de vosotros, como yo, con un amor ardiente y anhela compartir el paraíso con vosotros, con todos vosotros. Así pues, hoy vengo de nuevo, buscando vuestra cooperación en la conversión del corazón del mundo. Rezad fervientemente cada día por la conversión de los infieles. Hay tantos... muchos que creen tener todas las respuestas. En todo el mundo hay catástrofes naturales y provocadas por el hombre. Todas ellas son llamadas a volver a Dios. Presta atención e insta a los demás a que también lo hagan».

"Es una gran gracia que Papá Dios y Mi Hijo me hayan permitido volver hoy aquí****. Por favor, escuchad y responded».

* 13 de octubre de 1917 en Fátima, Portugal.

** Primera Guerra Mundial.

*** Mensaje de referencia dado el 13 de mayo de 2018 - Fiesta de Nuestra Señora de Fátima.

**** El lugar de la aparición del Manantial y Santuario de Maranatha.

Lee Tito 2:11-13+

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la irreligión y a las pasiones mundanas, y a vivir sobria, recta y piadosamente en este mundo, aguardando nuestra bienaventurada esperanza, la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,