Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

miércoles, 11 de mayo de 1994

Mensaje de Nuestro Señor a Maria do Carmo

 

¡Maria do Carmo!

Estoy muy feliz. ¿Quién me llama,

¡No duermas!

Tengo que dormir. Si no duermo, estaré somnolienta mañana.

Levántate y escribe. No pierdas el tiempo.

Mi madre se levantó, como si una fuerza la hubiera jalado. Se dirigió a la cocina y buscó papel y bolígrafo para escribir. Al no encontrar un cuaderno, vio que sobre la mesa tenía las hogazas de pan envueltas en papel. Tomó el papel de las hogazas y escribió en él el mensaje de Jesús. Mi madre, al escribir este mensaje, no se dio cuenta de que era el mismo Jesús quien la inspiraba a hacerlo, sin que ella lo entendiera y se diera cuenta. Quería mostrarnos a nosotros y al mundo que él es el Pan Vivo que descendió del cielo, el Pan de Vida. Dijo el siguiente mensaje:

El adulterio es un pecado grave, pero tiene perdón, ¡si haces una buena confesión, con pleno arrepentimiento! Enseña. Sabes cómo hacer una buena confesión. No puedes tener miedo o vergüenza del sacerdote. Si él perdona, yo le perdonaré. ¡Si él no perdona, yo tampoco perdonaré! Quien está casado y separado, uníos de nuevo, si aún os amáis: ¡con perdón y sinceridad!

Quien está casado y está separado, que vive con otro hombre o con otra mujer que no es de vuestro matrimonio, debe separarse y vivir como amigos en la misma casa. Los dos ya no pueden vivir como marido y mujer. Si uno de los dos es libre y necesita la vida matrimonial, debe casarse. ¡Solo no puede cometer adulterio!

Jesús transmitió este mensaje a mi madre porque ella estaba preocupada por sus hermanos que viven en adulterio y otros que viven amistosamente, y quería saber algo al respecto para poder transmitirlo a ellos, así como a las personas que viven con ellos.

Otro día, Jesús se apareció a mi madre de nuevo y le dijo,

Escribe para ti misma lo que has leído:... Asegúrate de que tu corazón se asemeje a Mi corazón humilde y manso. Nunca reclames tus derechos... Este es tuyo: Mi corazón... ¡Llora y purifícate!

Jesús, con su mano izquierda le mostró a mi madre su Sagrado Corazón. Extendió su brazo derecho hacia adelante y allí apareció en la palma de su mano derecha su Corazón todo iluminado. Fue una de las primeras apariciones en las que comenzó a revelarle la ternura de su Santísimo Corazón. Otro día, se le apareció de nuevo y le dijo,

Quiero que estés bien vestida, sin pecado, y quiero que vayas a Misa todos los días. ¡Así es!

Nuestra Señora se apareció a mi madre y le mostró una Iglesia llena de gente, por miles, tanto dentro como fuera, y le dijo,

¡Así es como quiero verte rezar algún día: como en Medjugorje!

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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