Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
jueves, 16 de febrero de 1995
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!
Queridos hijos de mi Inmaculado Corazón, rezad, rezad, rezad. Soy la Reina de la Paz, la Madre de Dios y vuestra Madre, que os ama tanto.
Hijitos, infinito es mi Amor por cada uno de vosotros. Si no fuera así, no estaría aquí de nuevo para daros, una vez más, mi mensaje maternal. Rezad, queridos hijos, ¡rezad! Nuestro Señor Dios necesita vuestras oraciones continuamente. Está a punto de enviar un gran castigo al mundo por causa del pecado, así que esforzaos más en rezar el santo rosario cada día. Mi Inmaculado Corazón sufre, por lo que os espera.
Hijos, escuchad mis súplicas maternales! Estas súplicas son golpeadas con amor de mi Inmaculado Corazón, que quiere proteger y refugiaros a todos en el puerto seguro, que os protegerá de todo mal. Hijos, quien reza el rosario me da gran alegría. Sabed, hijos, que rezando el santísimo rosario podéis evitar grandes males que podrían caeros. Por eso os invito a recitarlo a diario.
Cuando aparecí en Lourdes, a mi pequeña hija Bernadette, pedí oraciones incesantes del rosario. En Fátima, cuando hablé a los pequeños pastores, les pedí insistentemente que lo rezaran más y más. En Montichiari, les pedí aún más que lo rezaran, y hoy, aquí en Itapiranga, les pido de nuevo que recen, no el rosario, sino el rosario completo: con los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos. Rezadlo, queridos hijos, ¡rezadlo! Si mis súplicas son escuchadas, pronto el mundo encontrará definitivamente la paz!
Mi Inmaculado Corazón necesita ser recompensado, por tantas ofensas y blasfemias, que se cometen a diario contra mí, vuestra Madre Celestial! ¡Oh, cuánto sufro por esto! Ayudadme, hijitos! Deshonrad mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. ¡Por Jesús sufre, con todo lo que se dice con horror contra mí, su Madre!
Vierto sobre cada uno de vosotros esta noche mis bendiciones y mi Paz, pues soy la Reina de la Paz! Jesús, esta noche, os pide oraciones y sacrificios por las almas de los pobres pecadores.
Sacrificad lo que más amáis, y ofrecedlo a mi Hijo Jesús, en reparación por las ofensas recibidas de pecadores ingratos. Huíd, queridos hijos, de toda impureza! Me gustaría especialmente que no miréis la televisión estos días, donde solo se transmiten imágenes pecaminosas e impuras. Especialmente ahora, cuando se acerca el carnaval.
Escapad del carnaval, como escapáis de las manos del diablo, porque el carnaval es la fiesta del propio diablo! Id, en estos días, más a la Iglesia a rezar, a hacer reparación a Jesús por vuestros pecados y los pecados de vuestros hermanos. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
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