Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
domingo, 9 de julio de 2000
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Asís, Italia

El 9 de julio de 2000, cuando iba caminando hacia la habitación donde me hospedaba, en el lugar donde se estaba celebrando el Congreso, Nuestra Señora se comunicó conmigo por medio de una locución interior y me transmitió el siguiente mensaje:
¡La paz esté con ustedes!
Queridos hijos, Dios nuestro Señor me envía desde el Cielo para bendecirlos. Siempre los acompaña en su camino y los ayuda a vivir con el corazón vuelto a su obra de amor. Si permiten que Dios los ayude y los guíe, entonces Él siempre abrirá el camino ante ustedes, para que puedan cumplir su obra de amor.
Si permiten que Dios los ayude y los guíe, entonces Él siempre abrirá el camino ante ustedes, para que puedan llevar a cabo su obra de ensanchar su reino en el mundo, unidos a su Santa Iglesia. Sepan que todos ustedes en el M.C. tienen una importante misión de evangelización.
En el pasado el Señor llamó a Francisco para traer su luz a los hombres y para reconstruir su Iglesia. Hoy, llama a cada miembro del MC a esta misión: la misión de evangelizadores de su reino, llevando a los hombres la palabra de vida y su inmenso amor para todos ellos. Soy su Madre y Reina del MC.
Vivan siempre la obediencia y la fidelidad hacia Dios y su Iglesia. Si ustedes son la Iglesia, la Iglesia de Dios, deben entender que su unión y amor hacia ella tiene que ser perfeccionado y santificado cada día. Amen su Iglesia, defendiéndola, pues siempre brillará y extenderá su luz cada vez más en el mundo.
El Señor regresa para cumplir todas sus promesas. Su reino en la tierra será como es en el cielo. Esperen con confianza en el Señor. Él nunca abandona a su pueblo . A todos en el MC I los invito a perseverar en sus compromisos y en su camino. Siempre estoy al lado de cada uno para ayudarlos.
Este es el momento que Dios concede al MC para madurar cada vez más en la fe. Revisen sus vidas y vean qué pueden ofrecer de una manera más perfecta al Señor, quien es la perfección suprema, el Santo de los santos, el Señor de toda la historia y de la humanidad.
Mediten por un momento: Dios los llamó y los eligió. ¿Entienden lo que les estoy diciendo? Mediten, mediten, mediten estas palabras mías. Renueven sus vidas a través de la oración y así el Señor los transformará totalmente, renovando todo y todas las cosas.
Mi bendición maternal y real para todos ustedes. Como Madre y Reina les digo: prepárense para las bodas con el Cordero, pues he aquí, Él está llegando. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!
Orígenes:
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