miércoles, 17 de abril de 2019

Mensaje de la Santísima Virgen María

A Su Amada Hija Luz De Maria.

Amados hijos de Mi Inmaculado Corazón:

MI Bendición Está Contigo Para Que Cada Respiración, Cada Latido, Cada Mirada, Cada Paso Que Das, Esté Protegido Por Mí.

El peligro espiritual en el que se encuentra la humanidad es tal que, sin que falte Mi Intercesión ante la Sagrada Trinidad por cada uno de vosotros, hijos Míos, he venido a llamaros para que seáis humildes cuando penetréis en las cosas de Mi HIJO.

Os he pedido que améis a Mi Hijo, y para amarle tenéis que conocerle, y es precisamente en el conocimiento donde os rodea el peligro, cuando la criatura humana pierde la noción del peligro espiritual que existe cuando entra la arrogancia y el hombre cree tener demasiado conocimiento de las cosas del Cielo.

Como criaturas de Dios sois hijos de la Voluntad Divina, por tanto, no pretendáis tener más que la gracia de desear lo que Dios desea de cada uno de vosotros.

El maligno ve el deseo de conocimiento en vosotros, y la astucia de la serpiente infernal ataca con más fuerza al hombre cuando siente la perseverancia con la que Mis hijos siguen caminando y esforzándose por mantenerse cerca de Mi Hijo; entonces les ataca por varios frentes, y uno de ellos que es muy delicado es el intelecto, donde comienzan las batallas a través de las especulaciones y el orgullo envanecido, apoyado por los demonios que vagan por la Tierra para elegir su botín.

No bajéis la guardia, hijos, la Iglesia de Mi Hijo debe permanecer atenta, pues os encontráis en la gran encrucijada, camino del Calvario, camino de la purificación de la Iglesia universal. En este instante el hombre ha combinado los males anteriores con los actuales y la perversión es inexplicable; dolorosamente necesitáis reconocer que sois indignos de las gracias del Cielo y, postrados, necesitáis reconocer que sois indignos de la Misericordia de Dios (cf. Heb 4, 16).

Amados hijos, la fe se está debilitando en tantas criaturas con tal rapidez que los pocos que perseveren tendrán que volver a las catacumbas como consecuencia de la persecución debida a la gran tragedia espiritual en la que vive gran parte de la humanidad (cfr. Mc 6,34).

No Permanezcas Inmóvil Ante Las Habilidades De Satanás. Reparad Ante Esta Crisis De Fe De La Humanidad, Ofreced Vuestro Sufrimiento Por Los Corazones Infectados Por La Plaga De La Inmoralidad; Rezad Y Ayunad Por La Falta De Amor Hacia Mi HIJO.

La Apostasía Está Proliferando, La Insensatez Os Ha Llevado A Este Estado (I Tim 4:1). Mi Hijo sufre por Sus hijos y vosotros Le ignoráis.

PRONTO Mi Hijo Se Apartará De Mí Para Ir Al Cenáculo Donde Compartirá El Pan Y El Vino, Su Cuerpo Y Su Sangre Con Sus Discípulos Para Prepararse Para Las Miserias Del Amor Hacia Aquellos A Quienes Ama.

Y ... ¿qué están haciendo Sus hijos, Sus seguidores?

¿Cómo os estáis preparando para acompañar a Mi Hijo en Su ofrenda de Amor por toda la humanidad?

¿Eres consciente de lo delicado y decisivo que es este instante para la fe? ...

¿Cuánto necesita expiar la humanidad?

¿Cuánto debe sufrir la humanidad?

¿Cuánto necesita fortalecerse el Pueblo de Mi Hijo para perseverar en la fe? ...

OFRECE a Mi Hijo Amor, No Reclames Nada Más, El Resto Te Será Dado Adicionalmente. Sed Custodios De Vuestros Hermanos; Uníos Para Que El Mal No Os Coja Desprevenidos.

Rezad unos por otros, rezad por Argentina, sufrirá mucho. Rezad por los Estados Unidos. Rezad por Venezuela, se oscurece.

Rezad por Italia, el sufrimiento se acerca.

Manteneos unidos a Mi Hijo, acudid a vuestros Compañeros de viaje en busca de ayuda, no olvidéis a Vuestros Ángeles de la Guarda, ellos os confortarán en los instantes de dolor.

PREPARAOS con Mi Hijo, vivid con Mi Hijo cada instante de Su Dolorosa Pasión y reencontrad el Amor en Espíritu y Verdad.

Ven a Mí y repite ese «Sí» personal de Mi Hijo y por tanto ese «Sí» a favor del Amor al prójimo.

Recibe Mi Bendición Maternal, y que Mi Protección Maternal esté contigo.

Madre María

SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO

SALVE María Purísima, Concebida Sin PECADO

SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO