viernes, 10 de septiembre de 2021

Te Llamo a Permanecer Fiel, a Vivir la Fe en Todo Su Esplendor, Viendo en el Martirio el Triunfo que Te Hace Semejante a Mi Hijo.

Mensaje de la Santísima Virgen María a Su Amada Hija Luz De María

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

Os Bendigo Como Madre De La Humanidad.

Os llamo a renunciar al pecado y a entregaros a Mi Hijo.

La humanidad se ha pervertido hasta entregarse al mal, ese mal al que la humanidad no quiere renunciar.

El Diablo les ha seducido, llevándoles a despreciar los Mandamientos, los Sacramentos y las Obras de Misericordia.

Mi Corazón Sangra Ante El Estado De Esta Generación:

Entregada A Los Vicios De La Carne, Llegando A Las Abominaciones Y A Las Aberraciones Con Las Que Laceran El Corazón De Mi Hijo Y Mi Corazón.

Amado Pueblo De Mi Hijo:

Lloro ante la indiferencia hacia Mi Hijo....

Lloro ante la indiferencia hacia Sus Llamadas....

Lloro por el sufrimiento de esta humanidad sin Fe...

Lloro por el combate entre las Naciones...

Lloro por el combate espiritual en el que se encuentran gran parte de Mis hijos...

A vosotros que venís a la Palabra de esta Madre:

Os Llamo A Permanecer Fieles, A Vivir La Fe En Todo Su Esplendor, Viendo En El Martirio El Triunfo Que Os Hace Semejantes A Mi Hijo.

La gran maquinaria del mal se apropia de lo que pertenece a mi Hijo: la criatura humana, a la que mantiene en la degradación para haceros dependientes de ella. Esta maquinaria es el comunismo, que ha degradado al hombre en todos los aspectos de la vida, amparando la violencia, la división y la oposición. Ha surgido para oprimir a la humanidad. El dolor será más fuerte para Mis hijos, se verán obligados a negar el Milagro Eucarístico y serán fuertemente probados.

No desfallezcáis hijos, no perdáis el ánimo, continuad firmes en la Fe. Sabéis que el dolor es expiación y las ofrendas no se pierden.

¡La humanidad ha pasado de un antes a un ahora!

Este ahora en el que el mal hiere Mi Corazón lanzándose contra Mis hijos.

Los elementos han desatado su furia, que irá en aumento hasta que las criaturas humanas se sientan acorraladas y se tambaleen en la Fe. Es la criatura humana la que ha ofendido a Mi Divino Hijo adorando a falsos dioses.

Este Engendro del mal viene a destruir al hombre, a blasfemar de Mi Hijo y de Su Iglesia, a calumniar, a adorarse a sí mismo y a imponer ídolos que llevará a los templos de Mi Hijo. Los acontecimientos continúan, la luna y el sol interfieren provocando grandes cambios geográficos y los elementos se elevan con más fuerza, cambiando el clima de la Tierra.

No debes temer, el Cielo

Está Contigo.

Guarda los Mandamientos, no desmayes en el camino, no estarás solo. Mi Hijo dará a algunos de Mis hijos predilectos la fuerza espiritual y la Fe para mantenerlos en el camino de Mi Hijo, sin olvidar que el Ángel de la Paz será enviado desde lo Alto para consolarlos en los momentos necesarios y mantener fiel al Pueblo.

Debéis Tener la Certeza de Que No Estáis Solos, Los Azotes Son Cada Día Más Cercanos Y Fuertes.

Os invito a rezar para que se detenga el azote del comunismo.

Os aseguro que la fidelidad a la Casa del Padre, en la que nunca habéis vivido, vendrá después.

Os bendigo, hijos, con Mi protección maternal.

Con Mi Corazón Inmaculado, Os Bendigo Y Os Protejo.

Madre María

SALVE María Purísima, Concebida Sin PECADO

SALVE María Purísima, Concebida Sin PECADO

SALVE María Purísima, Concebida Sin PECADO

COMENTARIO De Luz De MARIA

Hermanos:

Mirando el escenario mundial que se avecina y la insistencia de nuestra Madre en instruir sobre el Anticristo, podemos dilucidar que la Advertencia no está lejos.

Hermanos, el comunismo resurgió, no ha sido derrotado, siendo en este momento parte esencial de la estrategia del Anticristo.

Velemos y oremos porque creemos en Dios. Tenemos la protección de nuestra Madre y no estamos solos. Esto es muy importante para tener la seguridad de que, estemos donde estemos, la mirada de Dios permanece sobre nosotros. Aquí y en todas partes los ojos del Padre Eterno nos observan. Por eso la Fe debe crecer junto con el amor a la Santísima Trinidad y a nuestra Madre, que nos alerta una y otra vez.

Amén.