Messages à Anne à Mellatz/Goettingen, Allemagne

 

dimanche 8 septembre 2013

Decimosexto domingo después de Pentecostés, Fiesta de la Natividad de María.

Nuestra Señora habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la capilla de la casa de Göttingen a través de su instrumento y de su hija Ana.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Durante el Rosario y durante la Santa Misa Sacrificial de la Fiesta de la Natividad de María, hablará la Santísima Madre. Había muchos ángeles agrupados alrededor del altar de María. También el altar del sacrificio y el símbolo del padre estaban rodeados de ángeles. Los ángeles entraban y salían. Estaban llenos de alegría y adoraban al Santísimo Sacramento arrodillados y flotando. Los ramos para la fiesta de la Virgen estaban inundados de una luz brillante y resplandeciente. Estaban decorados con diamantes allí en Mellatz y también aquí en Gotinga, en el altar de la Virgen María.

Nuestra Señora hablará hoy en Su fiesta: Yo, vuestra queridísima Madre de Dios, hablaré hoy a esta fiesta Mía a través de Mi dispuesta, humilde y obediente instrumento e hija Ana, que está completamente en la voluntad del Padre Celestial y habla sólo palabras que vienen de Mí, vuestra queridísima Madre, hoy.

Mis queridos hijos de María, Mi amado pequeño rebaño y peregrinos de cerca y de lejos, hoy es la fiesta en la que fui elevado lleno de gloria del vientre de Mi madre Ana, porque fui concebido intacto, sin pecado. Los ángeles me elevaron y cantaron con alegría y regocijo. Con este regocijo fui recibido en la tierra, porque desde mi concepción ya estaba intacto, sin mancha, sin pecado. El Padre Celestial en la Trinidad conocía esta elección, porque me había creado a Mí, Su Madre, para todo el mundo. Hoy celebráis este acontecimiento.

Yo ya dije sí durante mi nacimiento. Fui elegida para grandes cosas. Ya lo sabía de pequeña. Yo era algo especial. Pero también sabía que tenía una gran tarea que resolver para el mundo entero. Ya de niña estaba preparada para este decir sí, -también al sufrimiento, al sufrimiento de Jesucristo Mi Hijo, a quien una vez iba a dar a luz. Me esperaba mucho y, sin embargo, no faltó mi sí dispuesto.

También deseo hoy este sí dispuesto de vosotros, Mis amados hijos de María, - sí al dolor, porque se trata de la mayor lucha de Satanás, que no podéis imaginar. ¿No os he prometido que aplastaréis la cabeza de la serpiente Conmigo? Esto es una promesa, pero también una tarea.

Tienes mucho que sufrir y mucho que soportar en este caos de la Iglesia modernista de hoy. No se os aceptará ni se os aclamará. Al contrario, sois forasteros a los que se niega y de los que se puede burlar y atacar en todos los sentidos. Esto es duro para vosotros, Mis amados. Cuántas decepciones habéis experimentado ya, Mi pequeño rebaño. Una decepción se alternaba con otra. Nunca tuvisteis vuestra paz y se os permitió experimentarlo todo sin ser rechazados y sin sentir la calumnia del otro. Estabais en el camino de la cruz y aún lo estáis. Este calvario es empinado y se hace aún más empinado hasta llegar a la cima.

Actualmente estás pasando por las peores pruebas. Lo has sentido esta semana. Comienzan a engañaros y destriparos con plena conciencia. Así es, mis amados, y lo lamentáis profundamente. Con plena conciencia he dicho. Vosotros no sois los culpables, aunque todavía hoy os culpáis por ello. Habéis sido engañados en grado sumo por la piedad, incluso por la religiosidad fingida. Así es.

Es bastante normal que cada persona regule en primer lugar sus propias cosas en su vida y nunca espere vivir a expensas de la otra persona desde el principio. Nunca una persona de naturaleza normal tirará todo por la borda y estará satisfecha con ello, si luego se convierte en una carga para el otro. Lo habrías sentido si Yo, el Padre celestial, no te hubiera advertido e intervenido. Sin Mí no tenéis conocimiento. Al contrario, estáis ciegos y sin cabeza. Y así seguirá siendo. Tienes que actuar, pues, cuando observes la situación, con ojos alerta. No puedes creer a priori a alguien que podría engañarte. Tienes que preguntarte: ¿Cuál es la situación? ¿Cómo debe continuar? Pregunta a la otra persona cómo se imagina que es su vida. Si quieres ayudar, puedes hacerlo, pero sólo si la otra persona no intenta engañarte y aprovecharse de ti. Ése no puede ser nunca Mi deseo. Esto es claramente malvado, amada mía. Por favor, no te atribuyas esto a ti misma, te volverás infeliz, porque deberías alegrarte de que el queridísimo Señor Jesús y el Padre Celestial te llamaran la atención en el momento en que se alcanzó el límite. Porque este límite no se podía traspasar, entonces todos habríais sido un caos y el otro no habría podido corregirlo, pero tú habrías seguido siendo responsable de esta miseria.

Así habría sucedido si tu Padre amoroso no se hubiera apiadado de ti e intervenido cuando era el momento. Todavía no has comprendido toda la situación, porque es peor de lo que tú puedes comprender. Sólo tu Padre Celestial conoce el futuro, - no tú. Conoces el presente y también el pasado, pero no puedes mirar al futuro. Por tanto, confía en tu Padre Celestial.

Yo, tu Madre Celestial, estoy triste de que hayas tenido que pasar por esto. Querías hacerlo todo por el otro y, sin embargo, te decepcionaste en grado sumo. Esto es triste para ti y amargo, porque toda tu comunidad, tu pequeño rebaño, está sufriendo. Podrías decir: ¿Por qué no intervino antes el Padre Celestial? - Puedo responderte a esta pregunta. El Padre Celestial deja que muchas personas lleguen al límite, para que puedan ver sus errores, para que puedan pedir perdón y para que puedan volver a la verdad. Si hay mentiras y falsedad en ellos, les pondré a prueba y les devolveré a la verdad. Y a menudo tienes que sufrir por ello, en este tiempo en el que pongo a prueba al otro. Es un tiempo de examen para el otro.

Vosotros, Mis amados, habéis superado vuestra prueba al admitir vuestra falta de cabeza. Actuar sólo con el sentimiento no es posible para ti. En un estado de euforia, la mente suele quedarse en blanco. "Estoy en tal alegría que no veo las consecuencias, lo que la otra persona hace de ello y cómo puede engañarme. También puedo engañar al otro mediante la religiosidad y la piedad. Desgraciadamente es así. Hay personas que no quieren hacer el bien a la otra persona y no están en su camino. Por eso he apartado de ti esta situación y a esta persona. Permanece apartada de ti. No es sólo una vez, sino que seguirá repitiéndose. Esta persona, por desgracia, no es viable, pero si cumple Mi deseo y Mi plan, Yo, la Virgen, la haré viable. La cogeré de la mano como a un niño pequeño y la sacaré de la espesura. Entonces sentirá dónde están sus faltas y podrá pedir perdón a las personas que quisieron hacerle el bien.

Os amo, Mis amados hijos de María. Sé que os he llevado en Mi corazón y seguiré llevándoos en la verdad. Sólo así podréis sobrevivir. Habéis dominado vuestras pruebas. Habéis pensado en confesaros ante el Dios Trino y llevar ante Él las faltas que habéis cometido. Eso es todo lo que puedes hacer. No puedes compensar los errores del otro. Esto es algo que tienes que hacer tú mismo.

Cuánto te amo que hayas hecho la voluntad de tu Padre Celestial No preguntaste lo que me tocaba a mí, sino que quisiste ayudar a la otra persona sin ningún tipo de peros. Eso era importante para ti. Por eso os amo, Mis queridos pequeños. Por eso he entrado hoy en vuestros corazones, porque quiero dejar que el Amor Divino fluya de nuevo en vuestros corazones, especialmente en ti, Mi pequeña, que ahora tienes que soportar el gran sufrimiento por los errores de la otra. Tú expías por ella, por sus debilidades y por sus errores, que cometió de forma grave.

Gracias por expiar. Tendrías la libertad de decir sí o no. Hoy habéis dado vuestro sí al Padre Celestial, durante la Santa Misa del Sacrificio. Y vosotros, mi pequeño rebaño, habéis estado a su lado y seguiréis estando a su lado en este tiempo, porque ella soporta los tormentos del infierno. Los sufrimientos del Monte de los Olivos les han sobrevenido porque a Mi Hijo Jesucristo esta persona le clavó las espinas en la cabeza y fue azotado de nuevo. Lo que esto significa, amados Míos, nadie puede medirlo, pero Yo, como Madre Celestial, conozco Su profundo dolor y sufrimiento. Y hoy, en la fiesta de mi nacimiento, sufro especialmente por ello, pero el amor, el amor no permanecerá alejado de vosotros. Dejaré que el Amor Divino fluya de nuevo en vuestros corazones, para que podáis empezar de nuevo con el Poder Divino. Dominaréis esta situación y este problema, pero sólo con la ayuda del Padre Celestial. Yo velaré por vosotros y estaré a vuestro lado y no os dejaré solos en vuestro dolor.

Y ahora te bendigo con todo el cielo, con todos los ángeles y santos, en la Trinidad, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Vive el amor, porque el amor es lo más importante de tu vida. Amén.

Sources:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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