sábado, 8 de septiembre de 2018

La Natividad de la Santísima Virgen María

Ven Santísima Trinidad y Sagrada Familia con la protección de San Miguel

Mi amor y Mi hermosísima y todos Mis hermosísimos hijos. Hijo mío la intimidad que te mostré anoche fue muy profunda. Quiero mostrar a todos Mis hijos esta intimidad, pero no escuchan a su Madre ni a su Dios. El próximo sábado es la Fiesta de la Madre Dolorosa, pero hijo Mío, ésta es también tu Madre Dolorosa hablándote porque muchos de Mis amados hijos no Me conocen, no Me aman, y no Me dejan tomarlos y ser su Madre Espiritual. Todos Mis hijos necesitan dejar que su verdadera Madre Espiritual les acoja en Ella para que puedan renacer en el mundo espiritual con el Cielo y todos los ángeles y santos. Entonces podré protegerles contra satanás y todos los demonios malignos que se han apoderado de la mayor parte de la Tierra.

Jesús y yo somos tu verdadera Madre y Padre del Cielo. Tu madre y tu padre terrenales te concibieron y te trajeron a la Tierra mediante el Poder del Espíritu Santo. Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo os crearon en el sexto día de la Creación y os mantuvieron en su interior hasta que llegó vuestro momento de ser puestos en la Tierra y hacer el trabajo para el Cielo para el que fuisteis creados para cumplir la misión de Dios que Él quería que hicierais en la Tierra. Hijos míos, estoy tan triste en este día, en Mi cumpleaños, porque Mis hijos nos han abandonado a Mi Hijo y a Mí y han regalado las gracias que les hemos dado para comprar el mal de satanás y del mundo. Muchos de nuestros hijos han dejado a su Dios y Madre del Cielo y se han unido a las fuerzas malignas de satanás y sus demonios. La mano de Mi Dios y de vuestro Dios está cayendo con fuerza sobre el mundo por los pecados de la carne de Nuestros hijos y desastre tras desastre tras desastre seguirá golpeando al mundo para intentar despertar a Nuestros hermosos hijos antes de que sea demasiado tarde para salvar sus almas. Una Madre Dolorosa en Su hermoso cumpleaños. Hijos míos, haced algo bueno por Mi Hijo y por Mí este día y convertid Mis lágrimas de dolor en lágrimas de alegría rezando vuestro Rosario. Amor, amor y más amor.